No soy de la U. Nunca lo fui y sin duda, tampoco lo seré.
A pesar que en casa los cremas eran mayoría pues mi viejo y mi hermano hinchaban por el club de Odriozola (y mamá era aliancista) nunca me sentí atraído ni siquiera por su poderoso equipo de los setenta, que fueron los tiempos en los que, quizás empujado por mi color preferido, el azul, decidí hacerme, contra la corriente, hincha del Cristal (pues la camiseta de mi equipo no era celeste en esos tiempos, sino azul).
Y esa fidelidad a mi equipo ha durado todos estos años, por casi 35 y seguramente durará para siempre, pues si fui hincha cuando eramos cerca de veinte en el estadio, mayor razón aun lo soy ahora cuando tenemos nuestro propio estadio, al cual por cierto, nunca he ido (no soy tan hincha, no?).
Bueno, a pesar de no ser de la U, no puedo dejar de reconocer que siempre sentí admiración por el gran Lolo Fernández, de quien escuché de mi viejo muchas historias.
Idolo máximo de la U, donde sólo jugó por más de veinte años, era reconocido (y siempre lo será) como uno de los jugadores más importantes de nuestro fútbol.
Hablar de Lolo era pues hablar de un personaje con mucho arraigo popular y que generaba admiración, respeto, pero por sobre todo un enorme cariño, especialmente por todos los que han sentido identificación con la camiseta crema y más aun si vivieron en los tiempos en los que él jugó (y que seguramente tienen ahora más de sesenta años). Por eso a mi juicio, muy merecido el que el estadio principal de la U lleve su nombre.
Lolo, quien integró la selección que cumplió un decoroso papel en las Olimpiadas de Berlin en 1936 y que se retiró a los 40 años vistiendo por última vez la camiseta de la U y metiendo tres goles a su tradicional rival, Alianza Lima, era además según se decía un señor muy sencillo, campechano y buena gente.
Y por esas casualidades que en realidad no existen, a mi me tocó comprobarlo.
Era un domingo cualquiera, comenzando la mañana, cuando mi papá me pidió, como era habitual, acompañarlo a comprar pan, a una panadería cercana a mi casa, en Lince.
Yo tenía once años, era pequeño, cabezón (aun lo soy) y con voz de pito; y me sentía más hincha que nunca del Cristal que acababa de contratar a medio equipo de la U (Quiroga, Chumpitaz, Oblitas, Cachito Ramírez y tantos mas).
Cuando entré a la panadería, aun somnoliento, mi viejo me dijo ¨Mira, ahí está Lolo¨ y cuando lo busqué con la mirada encontré a un señor mayor de 65 años, sonriente, coloquial y que como nosotros había ido a comprar el pan para su casa.
Entonces, con cara de admiración e impulsado por mi viejo, me acerqué al gran cañonero y tímidamente le pedí un autógrafo.
¨Con mucho gusto amiguito¨, me dijo y en ese momento improvisamos, cual libreta de autógrafos (tenia la mía pero no iba a llevarla a la panadería) un papel manteca, que servía para envolver el pan en aquellos tiempos y conseguimos un lapicero en la misma panadería.
¨Cómo te llamas?¨ me preguntó el gran Lolo, a lo que le respondí : ¨Alejandro Guadalupe¨.
Mientras tanto mi viejo miraba con una cara de orgullo que hasta ahora recuerdo. No se si orgullo de que su pequeño hijo le hablase de igual a igual al gran Lolo, o por tener cerca a quien fue su ídolo y que le hizo gozar y celebrar muchas veces con sus grandes goles.
De qué equipo eres??, me preguntó, casualmente. Yo miré a mi viejo, un poco tenso porque no sabía cómo reaccionaría Don Lolo al saber que este pequeño hincha no era de su amado equipo.
¨Del Cristal¨, le dije, con miedo, pero también con orgullo, porque no podía de ninguna manera traicionar a mi equipo, por más Lolo que tuviese al frente.
Ante mi respuesta, el famoso delantero de las selecciones peruanas, me miró, sonrió y procedió a comenzar a escribir en el papel manteca mientras yo miraba emocionado.
¨Para mi amiguito Alejandro Guadalupe, hincha del C………………¨ y en ese mismo momento como por arte de magia, se malogró el lapicero, lo cual generó risas entre todos los que estaban presentes, incluyendo al buen Lolo.
Yo, extrañado por el curioso incidente, busqué otro lapicero rápidamente, para que el ídolo terminase de escribir mi autógrafo, incluyendo el nombre de mi equipo, tras lo cual le agradecí estrechándole la mano, mientras el se despedía jovial y amablemente. Así salí de la panadería de la mano de mi viejo, feliz porque había conocido al ídolo de todos los tiempos.
No importó que a media cuadra de la panadería regresando a casa le mostrase orgullosísimo a un pequeño niño que jugaba fuera de su casa, mi valioso tesoro, tras lo cual me respondió casi con indiferencia que a él no le importaba mi autógrafo porque en su casa estaba, en ese mismo momento su tio, el gran Pitín Zegarra, quien fue un ícono representativo de Alianza Lima en los sesentas y setentas. Nosotros, ni sonsos, le pedimos que llamase a su famoso tio para pedirle otro autógrafo y poder así completar mi mágica mañana futbolera.
No importó tampoco que, veinte años después, mi tesoro en papel manteca terminara, con mis demás autógrafos y todos mis libros, revistas y papeles (producto de mi espíritu cachivachero) devorado por un incendio que me tocó vivir, ya estando casado.
Alex Guadalupe
me encantó tu nota porque sentí tu corazón!!
ResponderEliminares muy tierna, y ademas de contarnos la historia del gran Lolo!!
Creo que también nos habla de la relación con tu papá que a mi me enternece mucho,de tu equipo y del de Lolo no puedo decir nada, ya que yo soy hincha de Alianza Lima ja ja!!
Aunque la verdad, ya hace mucho tiempo que no voy al estadio!! Ni doy porras por mi equipo, antes si lo hacia y lo vivia con todo!!
Pero sí se que Lolo fue un gran tipo!! y Gran Jugador!!
pero lo mas lindo de tu nota es la ternura, y la nostalgia como la cuentas!!
ELLA...
Hola Alex! Primero que nada, felicitaciones! Está muy bueno tu blog, y no pudiste elegir mejores temas para arrancar.
ResponderEliminarEn particular este tema de la experiencia con el gran Lolo Fernandez. Han pasado mas de 30 años de esa mañana de Navidad de 1978, en que fuimos a comprar con el viejo a la panadería y al salir, el viejo vio a Lolo en su carro y aprovechando tu afición a coleccionar autógrafos en esa época de tu niñez -ya tenías creo la de un torero y la de Cachirulo-, regresó mismo rayo a la panadería a gorrear un papel para que sirviera para el autógrafo.
Yo había escuchado tanto de Lolo por parte del viejo -bueno, éramos hinchas cremas los dos, qué podía pedirse-, que cuando lo ví dentro de su carro sonriendo al acercarnos y saludar al viejo como si lo conociera de toda la vida, terminó de consagrarse para mí como el mayor ídolo crema. Hasta ahora me acuerdo de la parte anécdotica cuando escribiendo tu nombre te pregunta si eras hincha de la U, y ante tu respuesta que eras hincha rimense, la tinta del lapicero se acabó y Lolo te dice, "no ves? dijiste que era hincha del Cristal y se acabó la tinta" y estalló de la risa. Fue un momento sublime y en cuanto a Lolo, no sé si recordarás, pero semanas después, lo volvimos a ver una vez más. Fue un domingo cuando fuimos a almorzar con nuestros viejos a un restaurant en Julio C. Tello que se llamaba "Montreal" y allí estaba Lolo y su señora. Y toda la gente le hablaba y el tipo recontra sencillo y el viejo estaba en su salsa y al final, me acuerdo que Lolo se despidió de él con un fuerte abrazo, como si fueran amigos.
Esos eran ídolos, no como los de ahora que por un par de golcitos que hacen, ya se sienten las estrellas del firmamento.
Un gran abrazo y estaré atento a más temas en tu blog.
LUCHO
Es cierto lo que dices y gracias por hacerme acordar detalles que no tomé en cuenta, como que tu estuviste también con nosotros, jeje.
ResponderEliminarSi recuerdo que lo volvimos a ver tiempo después. Lolo era un gran tipo.
Gracias por los comentarios.
Gracias Jime. Le has dado una acertada lectura a mi post. Eso era lo que buscaba transmitir. Un besote.
ResponderEliminarAlex! te felicito por tu blog, esta espectacular. Esta historia del gran Lolo lo has descrito tan bien que me los hecho vivir en carne propia.
ResponderEliminarAhora un duda, acaso no crees que el universo ha confabulado todos estos años para que te des cuenta quien es el mejor equipo del Peru? (que honor, je!). Acaso el hecho que tu Papa y hermano eran cremas (ademas del 51% de la poblacion del peru), o el hecho de encontrate con el idolo de idolos, LOLO FERNANDEZ, o finalmente el hecho que la U no se canse de ganarle tanto a Crsital, acaso todas esas señales no son como para interpretar que mejor.. "TE CAMBIES DE EQUIPO!"
Bueno me desvie del tema. A ver si por ahi despues te cuentas todo sobre ese partido Peru-Uruguay del 10 de setiembre del 1997 (mi
cumpleaños) y que como comprenderas a tanto fracaso de la seleccion peruana en mi corta vida como espectador futbolistico (28 años) debe ser sino el mejor uno de los mejores recuerdos que tengo en todo mi ser.
un abrazo!
KOKI
Gracias Kokito.
ResponderEliminarCreo que el universo respeta y aprecia mi preferencia por los celestes.
Eso no lo pudo cambiar nadie y así será siempre.
Aunque no puedo disimular mi simpatía actual por.......la San Martín (sorry loco).
Ese Perú-Uruguay vale para un post aunque antes creo que escribiría sobre la campaña de Cristal del 97 (sorry de nuevo jeje). Un abrazo y gracias por leer mi blog.
Cada semana iré colgando un post nuevo.